El jardinero cordial y las flores del amor

El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella y pereció, y su lugar no lo conocerá más. ( Salmos 103: 15-16) En estos días visitando un vivero, admiraba la cantidad de flores que ahí tenían y la hermosa variedad que se ofrecían. Estaba en eso cuando un chico que trabaja ahí, encargado de la parte floral, se presentó ofreciéndome ayuda y sin muchos preámbulos empezó a explicarme las características de cada una de ellas, con mucha maestría y dominio de la materia.